Amor divino y desarrollo espiritual
Conferencia de Swami Pareshananda en Programas de la Fraternidad RA-SA-VI; Grupo Sri Ramakrishna (Mar del Plata): Zoom 18.5.23 (transcripción y edición: Leonor Bakún)
Un punto muy importante, entonces, es que a Dios le disgusta el egotismo y ama la humildad. Un devoto, que verdaderamente quiere amar a Dios, debe recordarlo y trabajar mucho sobre esto. Cada uno en su manera. La sumisión del devoto es total.
Sucede con la mayoría de los practicantes de la espiritualidad, no quieren entregarse a la voluntad divina. Rezamos: “Que se haga tu voluntad” pero en la actualidad no estamos practicando esto. Debemos pensar profundamente por qué uno dice “Que se haga tu voluntad”. El devoto se entrega de por sí, esto elimina todas las barreras del ego entre Dios y el devoto. Es por eso que Ramakrishna rezaba: “No yo, no yo, sino Tú, Tú, Naham, Naham, Tuhu, Tuhu”.
Dios es para todos, su gracia está al alcance de todos por igual, pero el ego evita que el flujo de la gracia penetre. En la mayoría de las personas, el ego es su vanidad, el estado de su yo: yo primero, luego el mundo. En este caso es primero Dios, luego el mundo. Así se ha dicho en Proverbios: “Todo aquel que es orgulloso de corazón, es abominable ante el Señor”, así que no es sólo el concepto de Nárada de Oriente. En Occidente también encontramos este concepto, enunciado en forma muy clara y directa. San Pedro dijo: “Dios resiste al vanidoso y da su gracia al humilde”.
Así, nosotros, como practicantes de la espiritualidad debemos entender dónde trabajar directa y plenamente. Como dice la expresión “La humildad es la madre de todas las virtudes”, de ella dependen todas las demás virtudes. Así en la práctica espiritual, tratar de ser devoto, antes que nada es tratar de ser humilde. ¿Por qué? Ya lo dijo San Pedro: “Dios resiste al vanidoso y da su gracia al humilde”. Y nosotros precisamos la gracia divina.
Ahora Nárada va a seguir tratando sobre la devoción, en otro contexto. Ya dijo que la devoción es superior a los demás yogas. Ahora va a explicar otro punto de vista: “algunos dicen que solo el conocimiento es el medio para obtener la devoción. Es necesario tener el conocimiento de la naturaleza de Dios, del objeto de adoración. ” Pero el devoto que sabe desde el principio que Dios es Todopoderoso e infinito, puede entender que la naturaleza de Dios es ser infinito. “Dios es conocimiento infinito, poder infinito, amor infinito. Él es la morada de la infinita compasión y de todas las benditas cualidades. Cuando uno sabe esto, su mente naturalmente adora a Dios.” En el mundo, es muy común que las personas se inclinen naturalmente ante las que tienen más poder, erudición o riquezas. Pero la naturaleza de Dios es ser la morada de lo infinito, por eso Nárada dice esto.
Nárada continúa: “Otros dicen que el conocimiento y la devoción son interdependientes.” Este tema es necesario pensarlo, contemplarlo más que tratar de ampliarlo.
- Profesora Leonor Bakún
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