Amor divino y desarrollo espiritual
Conferencia de Swami Pareshananda en Programas de la Fraternidad RA-SA-VI; Grupo Sri Ramakrishna (Mar del Plata): Zoom 2.11.23 (transcripción y edición: Leonor Bakún)
Nárada habla de un tema muy importante: de todos modos y de cualquier manera se debe amar a Dios. En todas las religiones se nos dice: “Dios está en su propio interior”. Este es un punto tan simple y a la vez tan importante. Nosotros estamos buscando en todas partes, o al menos pensamos eso, pero en realidad está en nuestro propio interior. Nárada dice: “amando intensamente a la Divinidad se consigue lograr esto.” Después trata sobre cuál es la situación de los devotos que lo logran: “los devotos que aman solo a Dios son los mejores”. O sea, si puede amar sinceramente a Dios, automáticamente queda clasificado en primera clase. Primero, está la proximidad a la Divinidad, luego debe sinceramente amar, tratar de amar a Dios en su propio interior y, entonces, quedará clasificado en el más alto nivel. En su relación con el mundo exterior, “los verdaderos devotos santifican aún más los lugares de peregrinación. Santifican más las rectas acciones. Dan más autenticidad y santidad a las escrituras”.
La Meca, Jerusalem, muchos grandes lugares de India son lugares de peregrinación. Cuando un verdadero devoto los visita son lugares más santos aun: “teertheekurvanti teerthaani”. También pasa con las rectas acciones: a veces hacemos algo y decimos: “La Santa Madre hacía esto, Santa Teresa hacía esto, San Francisco hacía esto”, es la misma acción pero hecha por ellos se vuelve santificada. Lo mismo ocurre con las Escrituras, cuando las escuchan los verdaderos devotos con su nivel de realización les dan autenticidad y santidad. Esto sucede porque ellos no se equivocan. Si los observamos veremos que no hay errores en ellos. Este es el punto que nosotros debemos lograr y seguramente algún día lo conseguiremos.
En el aforismo 70 dice: “tanmayaah”. Abundantemente, mucho de Aquello, de la Divinidad, Dios. Para estar llenos de la Divinidad, por la devoción. Gradualmente vemos que Divinidad, Dios, devoción tienen el mismo significado. Dios es el amor, el amor es Dios. Sutil y espiritualmente muy elevado.
Profesora Leonor Bakún
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