Amor divino y desarrollo espiritual
Conferencia de Swami Pareshananda en Programas de la Fraternidad RA-SA-VI; Grupo Sri Ramakrishna (Mar del Plata): Zoom 22.6.23 (transcripción y edición: Leonor Bakún)
La Santa Madre dijo: “Si te liberas de los deseos, realizarás en este mismo momento.” Ese es el tema. Tenemos, por ejemplo, nietos, es muy bueno quererlos. El problema es cuando decimos es ‘mi’ (nieto, nieta). En realidad es Dios en la forma de mi nieto, nieta. Uno disfruta mucho más, inmensamente. Si se consideran ‘yo’ y ‘mío’ surgen los deseos.
Los Upanishads son la más elevada autoridad del Vedanta, se dice en uno de los más antiguos Upanishads, el Isha Upanishad: “isā vāsyamidām sarvam yat kinca jagatyam jagat, todo cuanto existe en este universo cambiante debe ser cubierto por el Señor”. Estas no son palabras mías. No se refiere sólo a Dios, también se refiere a nuestro propio estado de conciencia. ¿Cuál es nuestro estado de conciencia como practicantes? Proteger al Señor con la renunciación. Automáticamente verá todo como una renunciación perfecta. No codicies la riqueza de hombre alguno. El devoto comprende que no hay nadie en este mundo excepto Dios. Es necesario el recto entendimiento, es necesaria una comprensión correcta. El devoto comprende, por eso su renuncia es natural. Ve a todo como Dios, pertenece a Dios y automática, espontáneamente aparece ese estado de renunciación.
Nárada dice entonces algo que podemos hacer nosotros, los practicantes. Dice: “por ininterrumpida adoración amorosa el supremo amor es logrado: avyavrita bhajanaat. Nosotros hacemos adoración, pero... de vez en cuando, cada tanto, no incesantemente. El vivir mismo, para un devoto de Dios, debe ser una adoración. No es nada fácil, pero tenemos ejemplos de ese amor a la Divinidad en la vida de la Santa Madre, de Sri Sárada Devi, la de San Francisco de Asís, la de Santa Teresa y de otros grandes devotos. ¿Cómo se puede llegar a ese incesante amor? Se debe recordar al Señor continua y cariñosamente a través del culto, repetición, oración, meditación, servicio, amar a su hijo, a su nieto, etc. Lo importante es hacer todo esto con amor. Cuando disfruta hacer esto con una cariñosa actitud espiritual interior, solo entonces estas prácticas son verdadera adoración, bhajanaat, debe ser: “Incesantemente canta con amor tu mantra”.
- Profesora Leonor Bakún