(Swami Shivanandaji Maharaj)
Amor divino y desarrollo espiritual.
Conferencia de Swami Pareshananda en Programas de la Fraternidad RA-SA-VI; Grupo Sri Ramakrishna (Mar del Plata): Zoom 30.3.23 (transcripción y edición: Leonor Bakún)
Ahora el sabio Nárada va a dar su propia opinión sobre cuál es el signo de la devoción. Anteriormente citó a otros sabios, a Vyasa, Garga y Shandilya. Él dice: Naradastu (tu introduce la diferencia entre la opinión de Nárada y los demás. Puede leerse como ‘pero’ y muestra que se piensa distinto). Entonces, según Nárada “el signo de la devoción es la consagración de todas las acciones del cuerpo, habla y mente a Dios y la extrema angustia de olvidarlo”. Está diciendo algo más profundo. Se refiere a consagrar todas las acciones del cuerpo, habla y mente. Si alguien quiere amar a Dios debe hacerlo en su totalidad, no por partes. Debe integrarse en su totalidad a la Divinidad, a la Conciencia divina, Conciencia de Dios. Nosotros debemos pensar profundamente lo que dicen. No sólo amarlo, sino que si se olvidase a Dios, tan solo un poquito, fracción de segundos, la persona tendría un tipo de inquietud, extrema angustia (vyakulata), Param (supremo) vyakulata.
Dice: Naradastu tadarpita akhilaachaarata tadvismarane (olvidar) Parama vyakulata. Angustia, tristeza del devoto, de esa persona que realmente ama a la Divinidad. Debe haber una conciencia constante y eterna de Dios, la entrega a Él, a Dios, debe ser total. Swami Vivekananda dio un ejemplo de cómo debe ser esta entrega: “solo una eterna, incuestionable autoentrega a la Madre puede darnos paz. Ámala por Ella misma, sin miedo o favor. Ámala porque eres su hijo. Vela en todo, bueno y malo por igual. Solo entonces vendrá la igualdad y dicha eterna. Es la Madre misma cuando así la realizamos. Hasta entonces, la miseria nos perseguirá. Solo descansando en la Madre estamos a salvo.”
Yo estaba recordando que en Belur Math, alguien vio que un monje (SWAMI SHIVANANDAJI MAHARAJ) de muy altísimo nivel de servicio, estaba llorando desconsoladamente. Así que le preguntó qué había pasado. Y el Maharaj dijo que él olvidó a Thakur. Fue un poquito, fracción de segundos y naturalmente, después, viene esa angustia y Maharaj lloró. Maharaj vivía continuamente integrado a la Divinidad, a Thakur pero él mismo dijo: “Yo olvidé a Thakur por poquitos segundos”. Esto nos muestra cómo debe ser un verdadero devoto, una persona que realmente ama a Dios. Por eso Nárada utiliza la expresión Parama (suprema) vyakulata (angustia). Nosotros debemos ver cuál es nuestra situación respecto a nuestro amor hacia la divinidad interior.
- Profesora Leonor Bakún
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